domingo, julio 02, 2006

Cambiar el caballo a mitad del río

De lo mejor de lo leído y escuchado hasta el momento: el rechazo de lehmann. Algo parecido a lo mío de Ambición. Pero sigue sin haber reproche. Hay una cosa muy argentina de creer que todo es factible de ser pensado y ejecutado a la perfección, que todo tiene arreglo. El mundo es un quilombo y en todos lados actúan con la misma miserabilidad que acá, pero nosotros creemos que no. La mano de Ballack similar a la que le cobraron a Crespo en el primer tiempo no fue nunca repetida por la televisión alemana, una confesión mayúscula. Y luego de ver cómo se fue Brasil, la tristeza del inicio se transformó en bronca. Un mundial ganable, como dijeron varios. Y nosotros teniendo que esperar a Sudáfrica, en donde seguro que Brasil no será éste y tratará de lavar su afrenta con otro título. El mensaje de Pekerman desde el banco (un cambio siempre es un mensaje al resto del equipo), fue que había que armar ese 4-4-2 con el que se terminó el partido, pero un 4-4-2 para un tipo como Cruz, al que hay que rebolearle la pelota y no dársela al pié, o sea que hay que dársela a dividir, todo lo contrario de lo que había hecho la Argentina hasta poco después del gol. Un mensaje que no tenía nada que ver con lo que se había buscado desde el primer partido, tal vez desde la primera vez que dirigió Pekerman. De hecho armar un equipo alrededor de Riquelme así lo confirmaba. A cualquiera desconcierta semejante contradicción. No hace falta ser un nene para desconcertarse. Como también dijo la ciencia maldita aquí rollo, pekermanista de la última hora, no podés cambiar en el momento crucial de un campeonato el 3-4-1-2 que venías usando para pasar a un nunca trabajado 4-4-2. Pero a esos cambios varoniles las mujeres estamos acostumbradas: cuando esperabas que todo fuese como nos habían demostrado hasta el cansancio que había sido, resulta que era distinto. Como decía mi papá: no se puede cambiar el caballo a mitad del río.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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