domingo, agosto 19, 2007

Consideraciones sobre el sexo

Por fin me animé. Hice que me lo mandaran por correo, me daba mucho vergüenza. De hecho no se lo dije a ninguna amiga. Lo probé hoy en la bañera, después de que se fueron los chicos, y nunca más apropiado el término con el que se lo conoce: consolador. Me consoló. Media hora en la bañera, vibra que te vibra. Según estuve leyendo no es de lo mejor, pero está bueno. Dos orgasmos. Para empezar, nada mal. Así es más fácil ser sola. Porque los dedos son lindos, pero la penetración tiene otra cosa. Ese no sé qué, al decir cursi. Me compré un tamaño un poco más grande del que estoy acostumbrada. Bah, el que más recuerdo últimamente es el del Señor, porque los otros de después fue como si siguieran de largo. Ninguno dejó recuerdos. Uno sí, el primero después del Señor. Pero ya se está diluyendo. Y con el nuevo adminículo, seguramente lo olvidaré del todo. Estoy re contenta. Me animé! Y encima me encantó!

jueves, agosto 16, 2007

Mix

No consigo darle continuidad, hacer de esto un hábito. Tantos hábitos idiotas que tengo, y éste no me da. Busco explicaciones pero no encuentro. Mi psicólogo tampoco. Veo que los demás escriben a lo loco, todos los días, la mayoría para hacerme perder el tiempo a mí y a otros tantos como yo que buscamos allí algo que nos entretenga, que nos de eso que sentimos que nos falta, nos divierta, diga algo que nos agrade como un buen disco. Eso es lo único que parece haber buenos discos. Todos los días, en cualquier lugar. Siempre hay uno bueno. Porque está la red, y de ahí, los que podemos, los bajamos. El resto escucha cumbia. O la FM 100, aunque Petinatto se esfuerce en hacerles escuchar Arcade Fire. El problema no es ese, sino que lo entiendan. La mayoría no tiene ganas. El resto no puede. Si se conectan con Petinatto es por su faceta más común, que en su caso no es ordinaria, y que todos las tenemos. En las chicas es más común. La regla nos une, y después la maternidad, su posibilidad, su no posibilidad, su fracaso, su éxito nos vuelve a unir. Es como la comunión y la confirmación, por si quien lee esto es católico varón y no entiende. La demostración de esa cosa de Petinatto es la negra Vernacci, a quien todos califican de varonera: hay que serlo para tener ese lugar en los medios, un mix de ordinariez antes que de género, como les gusta decir a las chicas de Artemisa.

jueves, agosto 02, 2007

Perdón

Estoy en una de esas noches en que siento que nunca me voy a separar. Aunque lo esté. Aunque estemos muy lejos. En realidad son momentos. Varios al día. Especialmente cuando no consigo que haya varón que me provoque algo, por más que no sea la bronca, que él me provocaba. Me provoca. Está lejos, con los chicos. Lejos físicamente, no de la otra manera. De la otra manera lo está hace un año, cuando me contó de lo suyo, de su bicho, de su infección. No creo poder separarme. Porque no creo poder perdonarlo. Perdonarle todos los años de vida malgastados en pos de su amor. Me dijo un día, ya en casas diferentes: ojalá todo este dolor valga la pena. No lo valió. Y si bien nunca hay reparación posible, al menos existen los intentos. Él me los negó. Ni siquiera puedo intentarlo. No creo que pueda algún día perdonarle que me haya robado la posibildad de elegirlo otra vez.