martes, febrero 20, 2007

Cumpleaños

Los cumpleaños de gente de menos de 30 son una mierda. Al menos para mí, que ya soy grande para todos los menores de 30. Nunca termina de armarse la cosa, por más que haya qué fumar y tomar. Los pibes tienen tiempo. Se les nota. Pueden desaprovechar una veterana como yo, de sexo fácil y formativo, que estoy buena y me buscan los de mi edad. Desaprovechan una charla con nosotras (o nosotros, también a ellos les marcan la diferencia): nuestra experiencia no les despierta el mínimo interés; ni siquiera les despierta el mínimo interés qué pensamos acerca de algo que ellos sí les puede despertar interés. Nada de nosotros les despierta el mínimo interés. Nos ven como algo extraño. Más bien ajeno. Tienen entre 22 y 26. Y sólo nos dirigen la palabra para saludarnos. O por una necesidad concreta como el trabajo. Nosotras estábamos más pendientes del pasado. Pensábamos que así nos iba a ir mejor. En el medio el mundo cambió y todo se fue a la mierda. A los chicos de hoy no les interesa el pasado, salvo saber quiénes fueron su papá y su mamá, y alguna otra referencia que les pueda servir para aprobar alguna materia de la escuela, el resto no les importa. Los chicos de hoy tienen suerte.