viernes, julio 03, 2009

Elecciones

"Hoy leía una nota de Beatriz Sarlo en La Nación en la que analizaba la situación política y me extrañó que entre sus consideraciones omitiera mencionar la alegría que una mayoría de la ciudadanía argentina se proporcionó a sí misma el 28 de junio". Je, es llamativo como algunos se sorprenden porque otros que se le parecen no piensan como ellos. O no digan lo mismo. Y más sorprende cuando se autodenominan republicanos y democráticos.
También sorprende que gente que se ve a sí misma de esa manera festeje con algarabía lo que la otra buena señora se contiene de hacer y no piense ni por un segundo que el equivocado puede ser él, Quintín, quien es quien firma, y no Sarlo. En los últimos años, especialmente a partir de la fuga de De la Rúa con un tendal de 25 muertos, empecé a tener la sensación de que el progresismo argentino es así: le parece que el autoritarismo puede ser bueno si es propio, pero criticable si es ajeno. Porque después de todo este señor no elogia ninguno de los puntos del análisis de la buena señora, sino que objeta el único que a él le parece importante.
El mundo real, hasta la gripe A se había convertido en un territorio más habitable que la blogósfera, geografía que prometía una bonomía que finalmente no concretó. Ahora que hay que volver, y por algo más que por la gripe A, la desolación se siente el doble.

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