Entre tanto blog de mina ingeniosa, cool y sin necesidad de hombre, volví a la antigüedad y me compré 7 Días. Pensaba en la que yo había conocido, y en lo que dice Lola acá, y en toda esa cosa que lo virtual todavía necesita del mundo ese viejo que pensamos que ya se acabó. Para apelar un poco a lo estudiado y darle un toque de reflexión a esto, digo: lo que la modernidad líquida necesita de la sólida para poder existir. No me acuerdo si Bauman plantea lo sólido y lo líquido como etapas de las que se transita de una a la otra o son sistemas que conviven a la manera de lo que Marx decía del capitalismo y el feudalismo. Pero sí que está claro que la modernidad líquida todavía necesita de la sólida para sobrevivir. Y en la sólida existía 7 Días, y en 7 Días esaba Baby Trash.
Fue un consuelo. Baby Trash hablaba de la década del 70, del cine Cosmos, de lo feo que es Terminator. Me causó gracia que una mina de como mínimo 40 hablara despechada de los hombres que la dejaron de lado o los que dejó de lado por falta de tino, habilidad, consideración, inteligencia. Yo por lo menos tengo los hijos, dije, eso que todas dicen que es una falta que no podés soportar desupués de los 35. Tal vez a Baby Trash le falte eso. Tal vez sólo esté mal cogida. Pero yo ni siquiera estoy cogida y hablo de quienes pasaron por mí como si fueran traidores, energúmenos, aspirantes a gigolós o idiotas que sólo querían mostrar una muñequita de torta como se ve en el dibujo que ilustra la página de Baby Trash. Ella dice que la madre le dice que tiene que revisar sus elecciones. Creo que tendría que revisar mucho más, a cierta edad el mundo no está más en contra de una. Y es una edad que queda muy lejos de los 40. Tan lejos, que cuando una se da cuenta todavía cree que los 40 es algo que nunca va a suceder.
miércoles, diciembre 06, 2006
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