jueves, agosto 16, 2007
Mix
No consigo darle continuidad, hacer de esto un hábito. Tantos hábitos idiotas que tengo, y éste no me da. Busco explicaciones pero no encuentro. Mi psicólogo tampoco. Veo que los demás escriben a lo loco, todos los días, la mayoría para hacerme perder el tiempo a mí y a otros tantos como yo que buscamos allí algo que nos entretenga, que nos de eso que sentimos que nos falta, nos divierta, diga algo que nos agrade como un buen disco. Eso es lo único que parece haber buenos discos. Todos los días, en cualquier lugar. Siempre hay uno bueno. Porque está la red, y de ahí, los que podemos, los bajamos. El resto escucha cumbia. O la FM 100, aunque Petinatto se esfuerce en hacerles escuchar Arcade Fire. El problema no es ese, sino que lo entiendan. La mayoría no tiene ganas. El resto no puede. Si se conectan con Petinatto es por su faceta más común, que en su caso no es ordinaria, y que todos las tenemos. En las chicas es más común. La regla nos une, y después la maternidad, su posibilidad, su no posibilidad, su fracaso, su éxito nos vuelve a unir. Es como la comunión y la confirmación, por si quien lee esto es católico varón y no entiende. La demostración de esa cosa de Petinatto es la negra Vernacci, a quien todos califican de varonera: hay que serlo para tener ese lugar en los medios, un mix de ordinariez antes que de género, como les gusta decir a las chicas de Artemisa.
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