Me fui y le dije que no volvía más. Así que no escribí para que no me leyera. Él me dijo que lo abriera, no iba a estar dándole información así porque sí. Me llamó y volví. Me pareció una preocupación legítima, después de todo vive de otra cosa. Cuatro sesiones estuve sin ir. Dos semanas. Menos mal que volví. El señor vino y me dijo: tengo que darte una noticia. Zas, dije, se casa de nuevo; peor, va a tener otro hijo. No. Se contagió HIV. Tuve ganas de abrazarlo pero no lo hice. Estaban los chicos, iban a pensar que mamá y papá querían volver a estar juntos. Sabía que tenía una mina. Bah, lo sentía en el cuerpo, como se sienten esas cosas que hacen muy mal pero que de tan mal que hacen una no puede registrar con precisión, lo atribuye a razones vagas, lejanas, recientes, etéreas, rencores, narcisismos heridos, gatos negros que se cruzaron, haber pasado por debajo de una escalera, la regla que no viene, un dolor menstrual inesperado, él que te dejó y se fue. Pero pasó tanto que no podía ser. Aunque era. Una mierda. Una reverenda mierda que me dejó mal parada, qué digo mal parada, me dejó en el piso, llorando toda la noche, sin los chicos, que se los dejé para que le sirvieran de contención. Pensé que un accidente lo tiene cualquiera, que qué iba a hacer, no me podía esperar todo el tiempo, que
ya me lo había dicho que no me esperaría todo el tiempo, que no lo fastidiara, lo dejara tranquilo, tratara de hacer mi vida, me diviritiera. Con qué querés que me divierta, con la plata que no tengo, con la que no me pasás porque no me tenés que pasar pero a mí igual me aplasta porque quedaste en buena posición económica y yo tengo que andar cuidando el peso caminando diez cuadras para tomar un colectivo menos y comer lo indispensable cuando no están los chicos y no tengo compañías y tengo que soportar a mi hermana que me dice que tengo que ir a nadar y a mi vieja que me trae vitaminas y a mis amigas forzándome a salir porque no tengo la más puta gana de salir y que me digan que tengo que hacer esto y lo otro y que tiene un chico, un tipo, un hombre, una joda, una fiesta, un cumpleaños, un viernes Sex and the City y la puta que te parió. Sobre todo eso, la puta que te parió.
miércoles, agosto 16, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario