viernes, junio 30, 2006

Ahora

Yo tampoco pude dormir (viernes 3am), pero después que resulta que sí podía: me dormí enseguida. Me levanté antes que sonara el despertador y me bañé. Todo tranquila, hasta que vi que Nalbandian perdía los dos primeros sets y me puse con la previa, que me puso más ansiosa. Esperaba que me hubiera escrito alguien, ya que como dijo Gantman en la R&P este es el mundial del blog. Pero no lo hizo. Sé que tengo que controlar mi ansiedad, como me dijo el terapeuta, pero no puedo. Así de simple, no puedo. Y cuando no se puede, no se puede. Y admitirlo creo que tiene cierta valentía. Después de todo una no es la genia que creía ser. Yo por lo menos no. Me hubiera gustado ser otra cosa de lo que soy, pero no puedo. Alguna vez sí pude. Eso va a volver, dicen todos, es un tiempo, el tiempo de duelo que lleva una separación después de mucho tiempo de pareja. Bulshit. ¿Quién te devuelve el tiempo? ¿A quién le interesa el después si no tiene el ahora? Bueno, esto a nadie le importa, y menos antes de Argentina-Alemania. Voy a comprar cigarrillos un poco antes de que empiece el partido, igual que hice el antes del partido debut, el mismo día que David abandonó la seminifinal de Roland Garros contra Federer. Me voy a poner crema y voy a bajar. Y disfrutar de este ahora, que dentro de poco se acaba, ¿qué voy a hacer en unos días sin mundial? Mis amigas van a llamarme para festejar, y yo quisiera, pero la algarabía general me hace mal. Una me dijo que estaba fóbica. Yo qué sé. Puede ser. Tal vez además de un blog necesite pastillas. Me gustaría tener el entusiasmo de los varones, esa obnubilación que los atrapa y los hace felices aunque sea por un mes. Me gustaría comprarme un Berlingo, que la publicidad dice que es para los siempre la quieren pasar bien. Y aunque todos sabemos que eso es imposible, no dejamos de pretenderlo, exigirlo y quererlo.

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