domingo, octubre 28, 2007

Culo

Cuando le bajé el pantalón me llevé una sorpresa. Media hora tocándonos, con transciones de besos a 45 grados, lenguas en cuellos hasta alcanzar el cuero cabelludo y posan en la oreja, con un orgasmo detenido para después tenerlo con él, para que la erección que había comprobado con toda la palma de mi mano fuese una cosa que perdía la tensión. Pensé que mi sentido, aunque más mi percepción producto de mi estado, me había engañado. Pero no, con mi boca en su ingle y aplastando su pija en mi mejilla, mi ojo, mi oreja, levanté las cejas, los párpados, la vista y lo vi mirándome y antes de que pudiera sonreirle decirme chupamela. Tenés forro?, no, yo sí, pero chupamela así, no, je, dije, y el sonrió y en no más de dos segundos preguntó por? y yo no supe decirle que desde que el señor me dijo lo que tiene no se la chupo a nadie sin certificado de hiv fechado el día anterior (y ni sé si así podría hacerlo), entonces le dije que y, no, no es del todo seguro, y la verdad es que no quisiera hacerlo así, con eso en la cabeza, eso qué?, eso, pensando que es peligroso, en vez de hacerlo otro día cuando los dos estemos más confiados y ni hasta te dé mi culo.
Se corrió (no a la manera gallega, claro, eso hubiera sido para levantarme y vestirme). Suave, casi imperceptible. Pero se le notaba el disimulo, que le gustaba mi culo, aunque a decir verdad le gustó mucho más la manera en que se lo dije y en su fantasía de hacerme el culo y de que una mina la primera vez le diga que le daría el culo. El disimulo le duró poco porque se le murió. Es sólo un forro, le dije, no, no es solo un forro, me dijo, se pierde un montón. Y qué, me la ibas a meter sin forro. Por qué no? Jeje. Me levanté, me puse la remera y le dije que me quería ir a dormir sin miedo a que se pusiera un poquito denso. Hice valer mi experiencia y mi edad. Con sus 29, él no supo qué hacer.

lunes, octubre 15, 2007

Obligaciones I

Y además, no entendés nada porque nunca estuviste sola. Nunca te costó. Y no sabés lo que es estar sola con hijos. Vos preguntaste, por qué no te bancás la respuesta? O sólo te interesa chusmear, sos como el periodismo, que te saca algo en un hora de entrevista en el mejor de los casos, y después te deja con todo eso encima, sin nada a cambio? Porque por lo menos el periodismo te saca en tapa, te da una nota, te hace famosa en televisión. Vos qué me das? Me invitás a tus fiestas, me integrás a tu grupo de amigas, aunque sea a uno en el que no te dé vergüenza o no te haga sentir incómoda, uno donde no esté atajándote de cada uno de mis comentarios, vigilando a ver qué digo o dejo de decir? No, no lo hacés porque me tenés miedo, y al mismo tiempo no te bancás dejarme de lado, reconocer que no te intereso lo suficiente como decís que te intereso, como todas las noches te repetís que te intereso, sólo para sentir que tan mala no sos. Y lo más gracioso es que no sos mala, son común, sos normal, sos como yo y los demás. Lo único que hace diferente a la gente es reconocer que es igual a los demás, que actuaría de la misma manera en la misma circunstancia y que, como decía Celine, lo difícil no es la traición, sino tener las oportunidades. Si tan solo te bancaras eso, qué maravillosa amistad tendríamos!

sábado, octubre 13, 2007

Obligaciones

No nena. No es como vos decís. Una vez más no podés ver desde tu comodidad que yo alguna vez llamé burguesa, cuando la única connotación que le daba era económica, y no era, como entendí después, una forma de ver las cosas que implica la necesidad imperiosa de que todo tenga solución, arreglo, de que todo pueda ser controlado, ya sea en el momento o con paciencia, porque el tiempo nos dará la oportunidad de arreglar aquello que no podemos hoy.
No, nena. No es así. Nunca fue así. Lo que pasa es que una cosa es tener que decirle que no a tu maridito, que te quiero coger igual por más que no estés como antes, y otra muy distinta tener que decirle que sí a más de un chulo que años atrás ni te atrevería porque qué dirían tus amigas, y que ahora lo hacés aunque sea por la fantasía catastrófica de que te vas a quedar sin lubricación si no la usás, y que un dedo de varón es otra sensación que el tuyo, y que te monten por atrás no es lo mismo que te metas algo por atrás.
No, nena. No tiene nada que ver con lo que decís y me proponés, incluso desde la más profunda fe. Porque no te podés atrever a pensar que no es así, se te caería la estantería, dejaría de funcionar el andamiaje sobre el construiste todo, como lo hice yo en su momento, y como la hacemos la mayoría de las que armamos una familia a la vieja usanza, no porque respetemos los fundamentos básicos, sino porque seguimos su concepción de unión, falta de fisuras y perpetuación en el tiempo. Y así no se hace más.
No, nenita. No. Y no. No todos somos exitosos. A veces no poder es no haber sabido en su momento. Y yo no supe. Mala leche. Dejame un poco de resignación. O dejame la resiganación, que es lo único que más o menos me mantiene en pié, que así necesito estar por un tiempo por mis hijos. Dejame de obligarme a estar bien, como otros obligan a la salud, porque la única justifiación que pueden encontrar para sus acciones es que lo hace la mayoría. Gregarios de mierda que se pasan defendiendo la individualidad.
No, nena. No hay por qué buscar cosas que te den placer. Ni siquiera el placer es indispensable para vivir. Si no te gusta, no me invites a tomar algo, no me preguntes, no me quieras sacar cómo estoy, cómo me siento. Se nota, se ve a la legüa, como decía mi abuelita que ya va a por los 90, como también se agarraba más rápido a un mentiroso que a un rengo. Si no querés darte cuenta o querés creer otra cosa es problema tuyo. A mí no me rompas las bolas. O los ovarios, para ser más de género, viste?